Fragmento 1:
Hay una hora, justo en el epicentro del insomnio, en la que todo es más claro. La realidad cobra un matiz distinto -azulado tal vez-, y se vuelve tan discernible que da un poco de miedo.
Fragmento 2:
La palabra persuasión es demasiado voluptuosa. Con ese respirito que sale deja a las demás palabras fuera de combate. De todas, es la que se viste en terciopelo rojo. Persuasión. Con su «s» doble, tan redondas y curvilÃneas. Tiene todo el erotismo que «tentación» -tan escualida, ella- no tiene. Persuasión es demasiado ella, un ella en toda la extensión de la palabra.
Fragmento 3:
Del trabajo a la casa, y en la casa el trabajo. No sobre mucho tiempo para pensar la situación. A lo sumo puedo describirla: de la casa al trabajo, y en la casa el trabajo. No emitamos juicios, asì las cosas están bien.